El reloj. "Todo llega y todo pasa. Nada eterno: ni gobierno que perdure, ni mal que cien años dure."

 Como ya habíamos visto la literatura trata de expresar aquello a lo que se enfrenta el ser humano en su día a día: experiencias, ideas, momentos efímeros, sensaciones…etc. Una de esas complejas vivencias es  la temporalidad, el paso del tiempo y el destino, algo que se escapa al control del ser humano, a pesar de sus innumerables esfuerzos por medirlo, por viajar en él, por sustraerse a sus efectos. Así, podríamos decir que este es uno de los temas más recurrente en la literatura y no es de extrañar, pues todos nos preocupamos por el paso del tiempo. Es curioso cómo la preocupación sobre el paso del tiempo ha crecido a medida que se acercaba la modernidad y los avances que ha llevado al ser humano a vivir más tiempo. En la sociedad actual, más que nunca, el tiempo es oro, por ello tenemos la necesidad de medirlo mediante relojes que marcan la hora.

A través de estas lecturas, uniremos varios textos que hablan sobre esa idea del paso inexorable del tiempo representado por el símbolo del reloj, de ese reloj que está siempre presente en nuestras vidas.

Instrucciones para dar cuerda al reloj
Julio Cortázar

 TEXTO 1. Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj
Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan -no lo saben, lo terrible es que no lo saben-, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.

TEXTO 2. Instrucciones para dar cuerda al reloj
Allá al fondo está la muerte, pero no tenga miedo. Sujete el reloj con una mano, tome con dos dedos la llave de la cuerda, remóntela suavemente. Ahora se abre otro plazo, los árboles despliegan sus hojas, las barcas corren regatas, el tiempo como un abanico se va llenando de sí mismo y de él brotan el aire, las brisas de la tierra, la sombra de una mujer, el perfume del pan.
¿Qué más quiere, qué más quiere? Átelo pronto a su muñeca, déjelo latir en libertad, imítelo anhelante. El miedo herrumbra las áncoras, cada cosa que pudo alcanzarse y fue olvidada va corroyendo las venas del reloj, gangrenando la fría sangre de sus rubíes. Y allá en el fondo está la muerte si no corremos y llegamos antes y comprendemos que ya no importa.

TEXTO 3: (Contexto: Los liliputienses, por seguridad, registran los objetos que Gulliver lleva en los bolsillos y hacen un inventario para entregárselo al rey.)
(…) Del bolsillo derecho colgaba una gran cadena de plata, con una extraordinaria suerte de máquina al extremo. Le ordenamos sacar lo que hubiese sujeto a esta cadena, que resultó ser una esfera la mitad de plata y la otra mitad de un metal transparente, porque en el lado transparente vimos ciertas extrañas cifras, dibujadas en circunferencia, y que creímos poder tocar, hasta que notamos que nos detenía los dedos aquella substancia diáfana. Nos acercó a los oídos este aparato, que producía un ruido incesante, como el de una aceña. Imaginamos que es, o algún animal desconocido, o el dios que él adora; aunque nos inclinamos a la última opinión, porque nos aseguró, si es que no le entendimos mal, ya que se expresaba muy imperfectamente,  que rara vez hacía nada sin consultarlo. Le llamaba su oráculo, y dijo que señalaba cuándo era tiempo para todas las acciones de su vida (…)
                                                                                                           
                                                                                                                   Jonathan Swift. Los viajes de Gulliver (1726)

1. ¿Qué relación existe entre el reloj y la angustia existencial?
2. ¿Qué relación guardan los dos textos anteriores?


TEXTO 4:
Hay en los dominios de la fantasía bellas comarcas en donde los árboles suspiran y los arroyos cristalinos se deslizan cantando por entre orillas esmaltadas de flores a perderse en el azul mar. Lejos de estas comarcas, muy lejos de ellas, hay una región terrible y misteriosa en donde los árboles elevan al cielo sus descarnados brazos de espectro y en donde el silencio y la oscuridad proyectan sobre el alma rayos intensos de sombría desolación y de muerte.
Y en lo más siniestro de esa región de sombras, hay un castillo, un castillo negro y grande, con torreones almenados, con su galería ojival ya derruida y un foso lleno de aguas muertas y malsanas.
Yo la conozco, conozco esa región terrible. Una noche, emborrachado por mis tristezas y por el alcohol, iba por el camino tambaleándome como un barco viejo al compás de las notas de una vieja canción marinera. Era una canción la mía en tono menor, canción de pueblo salvaje y primitivo, triste como un canto luterano, canción serena de una amargura grande y sombría, de la amargura de la montaña y del bosque. Y era de noche. De repente, sentí un gran terror. Me encontré junto al castillo, y entré en una sala desierta; un alcotán, con un ala rota, se arrastraba por el suelo.
Desde la ventana se veía la luna, que ilumina a con su luz espectral el campo yerto y desnudo; en los fosos se estremecía el agua intranquila y llena de emanaciones. Arriba, en el cielo, el brillante Arturus resplandecía y titilaba con un parpadeo misterioso y confidencial. En la lejanía las llamas de una hoguera se agitaban con el viento. En el ancho salón, adornado con negras colgaduras, puse mi cama de helechos secos. El salón estaba abandonado; un braserillo, donde ardía un montón de teas, lo iluminaba. Junto a una pared del salón había un reloj gigantesco, alto y estrecho como un ataúd, un reloj de caja negra que en las noches llenas de silencio lanzaba su tictac metálico con la energía de una amenaza.
«¡Ah! Soy feliz -me repetía a mí mismo-. Ya no oigo la odiosa voz humana, nunca, nunca.» Y el reloj sombrío medía indiferente las horas tristes con su tictac metálico.
La vida estaba dominada; había encontrado el reposo. Mi espíritu gozaba con el horror de la noche, mejor que con las claridades blancas de la aurora.
¡Oh! Me encontraba tranquilo, nada turbaba mi calma; allí podía pasar mi vida solo, siempre solo, rumiando en silencio el amargo pasto de mis ideas, sin locas esperanzas, sin necias ilusiones, con el espíritu lleno de serenidades grises, como un paisaje de otoño.
Y el reloj sombrío medía indiferente las horas tristes con su tictac metálico. En las noches calladas una nota melancólica, el canto de un sapo me acompañaba.
-Tú también -le decía al cantor de la noche- vives en la soledad. En el fondo de tu escondrijo no tienes quien te responda más que el eco de los latidos de tu corazón.
Y el reloj sombrío medía indiferente las horas tristes con su tictac metálico.
Una noche, una noche callada, sentí el terror de algo vago que se cernía sobre mi alma; algo tan vago como la sombra de un sueño en el mar agitado de las ideas. Me asomé a la ventana. Allá en el negro cielo se estremecían y palpitaban los astros, en la inmensidad de sus existencias solitarias; ni un grito, ni un estremecimiento de vida en la tierra negra. Y el reloj sombrío medía indiferente las horas tristes con su tictac metálico.
Escuché atentamente; nada se oía. ¡El silencio, el silencio por todas partes! Sobrecogido, delirante, supliqué a los árboles que suspiraban en la noche que me acompañaran con suspiros; supliqué al viento que murmurase entre el follaje, y a la lluvia que resonara en las hojas secas del camino; e imploré de las cosas y de los hombres que no me abandonasen, y pedí a la luna que rompiera su negro manto de ébano y acariciara mis ojos, mis pobres ojos, turbios por la angustia de la muerte, con su mirada argentada y casta.
Y los árboles, y la luna, y la lluvia, y el viento permanecieron sordos. Y el reloj sombrío que mide indiferente las horas tristes se había parado para siempre.
                                                                                                                                            Pio Baroja. El reloj

1. Inventa un título.
2. ¿Qué sensación te crea la repetición Y el reloj sombrío medía indiferente las horas tristes con su tictac metálico?
3. ¿Qué te dice este texto?
4. ¿Qué te transmite el final de este cuento?
5. Relaciona los textos anteriores y reflexiona críticamente sobre las ideas que aparecen en ellos. Hazte una pregunta ¿Crees que el paso del tiempo es algo que preocupe hoy en día?

Para muestra un botón, aunque no con la misma profundidad que nuestros textos, esta película de acción se plantea u mundo en el que el dinero fuese tiempo.

TRAILER "In time"


TEXTO 5:
Definitivamente jueves
 Quiero que el veintiuno de agosto
del año dos mil diez,
a las seis de la tarde como es hoy,
pases desnuda atravesando el cuarto
y preguntes por mí.
Si estoy, pregunta, y si no existo,
o si me he extraviado en algún lugar de la casa,
de la ciudad, del mundo,
pregunta igual, alguien responderá.
El primero de enero del año dos mil uno será lunes
pero el veintiuno de agosto de la fecha indicada
tiene que ser definitivamente jueves
y el calor, como hoy, agotará las ganas de vivir.
Las calles serán las mismas para entonces,
los flamboyanes de efe y trece seguirán floreciendo,
muchos amigos no estarán
y el tiempo habrá pasado por la historia de la casa,
de la ciudad, de mi país, del mundo.
Quiero que el veintiuno de agosto, al despertar,
prepares la piel
                         el corazón
                                        las ganas de vivir.

                                                      Waldo Leyva

1 ¿Qué te transmite este poema?

2 ¿Qué relación existe entre los dos textos anteriores?

3. Extrae el tema de los diversos textos y relaciónalos en un comentario personal con tu propia experiencia. Para ello hazte la siguiente pregunta

¿Has sentido alguna vez que el tiempo es cruel y que pasa irremediablemente aunque a nosotros nos sucedan hechos trágicos o que cambian nuestras vidas?

Comentarios

  1. ¡Hola! Aquí os dejo lo que es para mí el tiempo:
    Para mí el tiempo es una de las armas más valiosas que existen en este mundo, un arma con la que no se puede jugar, un arma a la que le debo mucho y sobretodo un arma veloz, que un día me atraviesará para llevarme a un mundo mejor.
    Lola Alcántara 2ºESO A

    ResponderEliminar
  2. Genial Lola has definido muy bien el tiempo como un instrumento que podemos utilizar en nuestro beneficio o en nuestra contra. Te felicito

    ResponderEliminar
  3. Hola, para mi él tiempo significa, la cosa más valiosa del mundo en la que sin darte cuenta tu vida pasa rapido, y no la aprovechamos al maximo. Por eso hay que aprovechar cada minuto, segundo ...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gaby esa idea aparece en todos los textos "la fugacidad del tiempo" la imposibilidad de controlarlo de otra manera que no sea disfrutándolo al máximo

      Eliminar
  4. Hola, soy María José. Aquí os dejo lo que significa para mí el tiempo.
    Pienso, que el tiempo mide la vida,cuando hay mucha presión por parte de algo o alguien, te está enseñando que hay que aprovecharlo al máximo y dejar atrás cualquier cosa que pueda perjudicarle. También te enseña a reflexionar cada cosa que haces y te deja pensar, pero hay que hacerlo con cabeza y no lo puedes desperdiciar.
    En esta vida el tiempo nos puede dar alegrías y penas, y las penas hay que superarlas porque sino nos ahogaremos en ellas, y ya, ya no habrá vuelta atrás, veremos que la vida habrá pasado, el tiempo se habrá agotado y entonces, entonces será tarde para poder revertir la situación y ahí se acabará todo...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Que bien expresado eso de que el tiempo no se detiene, aunque pasemos por un mal momento, el paso del tiempo es inexorable y la actitud del ser humano debe ser la de afrontarlo con la mayor positividad y conciencia

      Eliminar
  5. El " tic - tac " es la melodía que acompaña nuestra vida. Cada " tic- tac " se para el reloj de alguna persona , o empieza a girar el de otra , o ambas cosas.
    En tu muñeca a pesar de ser tortura, pura tortura.
    Corre antes de que te alcance. Inúndate en las calles de Venecia, déjate llevar por el encanto de Paris . Ve a un concierto y quédate ronco , respira aire puro. No mires el estúpido artefacto que está atado a tu mano , solo quiere condicionarte y que seas esclavos de sus rígidas agujas .
    y cuando se vaya a parar , no le observes con los ojos inyectados en sangre , sonríele de oreja a oreja , demostrándole que no ha podido contigo , que has aprovechado cada día , ignorando su siniestra canción

    Mireia Palma ( 2 ESO B)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mireia es un texto magnífico, me has dejado sin palabras. Me encanta como has plasmado en unas pocas palabras la idea de aprovechar al máximo el tiempo de que disponemos. ENHORABUENA!

      Eliminar
  6. Mireia es un texto magnífico, me has dejado sin palabras. Me encanta como has plasmado en unas pocas palabras la idea de aprovechar al máximo el tiempo de que disponemos. ENHORABUENA!

    ResponderEliminar
  7. Odio estar atrapada en esta soledad llamada angustia , odio tener que esperar que ocurra un suceso que marqué un día , un minuto , un segundo .... Odio tener que estar controlada por un infierno en el que donde vaya me acompaña . Odio todo esto , pero siempre sucederá lo mismo , estaré metida en un infierno donde diablos como yo , solo somos luchadores contra el .

    Itziar Guirado Rodríguez

    ResponderEliminar
  8. No es el tiempo, es la vida.

    Ese tic-tac del reloj,
    me tiene aturdido,
    y yo aquí sin poder hacer nada,
    ese nada que me vuelve loco´
    ese loco que no lucha contra ese tic-tac.
    Mientas ella vive cada segundo,
    esos segundos que son tan eternos,
    eternos por una sola razón´
    la razón de soñar, sentir, ser feliz, y libre.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Telepresentación: Yo no soy tonto!

Un cuento dentro de otro cuento

Instrucciones para la vida